Tras un impacto destructor sobre el estado de Florida, Ian perdió su fuerza y se degradó a tormenta tropical. Aun así, seguirá causando estragos.
FEMA pide a la comunidad "que acate las advertencias de las autoridades locales antes, durante y después de la tormenta", para salvaguardar sus vidas.
El ciclón succionó a su paso el mar de Tampa Bay, un fenómeno que, según los meteorólogos, ocurre durante huracanes muy poderosos.
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