La luz de mis ojos

Soledad es ciega y su sueño es ser una cantante reconocida. Ella se enamora de Vicente y aunque el destino parece empeñado en separarlos, ellos lucharán por estar juntos.

Soledad Burgos nació en medio de la adversidad. A temprana edad perdió completamente la visión. Su discapacidad provoca accidentalmente la muerte de su hermano mayor y el odio impertérrito de una madre que guarda un secreto. La vida privó a Soledad del principal sentido, pero a cambio le regaló un don: canta con la perfección que sólo pueden hacerlo los grandes cantantes del mundo. Pero su don es brutalmente reprimido, escondido y tajantemente negado por Delfina, la madre amargada y ambiciosa quien no le perdona la muerte de su verdadero hijo.

Soledad crece y se convierte en una hermosa mujer a quien todos reconocen como una artista a pesar de las constantes y brutales negativas de Delfina. El amor y el reconocimiento de Vicente, tratará de redimir a Soledad. Vicente pertenece a una adinerada familia y él mismo posee una cuantiosa fortuna personal, representada en tierras y en ganado. Pero la pasión del muchacho es una pequeña emisora fundada por su tía, la hermosa y rebelde Faride Chadid, a quien Vicente adora y apoya irrestrictamente. Pero la riqueza de Vicente atrae oprobiosamente a una parte de su propia familia en bancarrota. El joven cae en una trampa: Amira Rebeca, la prima hermana de Vicente, impulsada por su madre, seduce a Vicente y se presta para la creación de un engaño que atrapa y cambia de rumbo la vida de Vicente. Esta entrega accidental ocurrida después de una noche de fandango, es utilizada por la familia de Amira Rebeca para intentar “cazar” a Vicente a toda costa. Se desata una guerra familiar.

La injusticia activa las fuerzas del destino y, contrario a lo previsto, tal presión lleva a Vicente a los brazos de Soledad y al encuentro del verdadero amor. Pero ese amor se realiza en circunstancias adversas para ambos: Vicente acaba de sufrir un alevoso accidente y Soledad ha sido alejada de su gente y de su pueblo por culpa de un concurso de canto en el cual la chica participa contra viento y marea. Nada evita el enamoramiento inmediato de Soledad y Vicente Poco tiempo después, Delfina descubre que su hija está embarazada y, para evitar el escarnio, la recluye en un convento en donde reciben a madres solteras con el objetivo de entregar sus hijos en adopción. Delfina acuerda que el hijo de Soledad debe ser regalado. Sin enterar a nadie de nada, la hermosa niña de Soledad es vendida a Amira Rebeca. Amira, por supuesto, no sabe que esa niña es de Soledad. 

A la hermosa cantante ciega le mienten y le entregan un mortinato, hijo de otra chica del convento, asegurándole que se trata de su hijo. Vicente y Soledad entierran a quien ellos creen que es su hijo. Pero no logran enterrar su amor imposible, ahora por el matrimonio de Vicente con Amira y el nacimiento de su supuesta hija. Soledad regresa al pueblo decidida a convertirse en una gran cantante. Para ello cuenta con el apoyo de grandes amigos y los mejores músicos de toda la región. Seguida de cerca por la emisora y por lo tanto por Vicente, Soledad comienza a triunfar de plaza en plaza, de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad. Graba un disco que aumentan su fama, pues es la primera cantante y compositora de porro. En este arduo camino de su vida profesional, Soledad vive múltiples encuentros con Vicente, a quien rechaza a pesar de amarlo sin remedio.

Para poner una distancia definitiva entre los dos, Soledad acepta la propuesta de matrimonio de su representante y ferviente seguidor, el Dr. Zarur, quien también carga consigo un secreto de amor abandonado por la aparición de Soledad. Amira Rebeca no ha logrado conquistar a Vicente. Tampoco amar a su hija. Pero tiene un ángel guardián que comparte su secreto y lucha infructuosamente para que la chica revele la verdad, y así la vida siga el curso que siempre debió tener: el Doctor Márquez, el único que sabe que ella nunca engendró un hijo de Vicente. Márquez ama secretamente a Amira y cree que ella es una víctima de su madre ambiciosa y cruel, quien la obligó a construir ese falso embarazo.

A pesar de todos los intentos de Delfina y de Mema por impedirlo, con el paso del tiempo, la verdad sale a la luz. Se descubre que la hija de Amira es la verdadera hija de Soledad. Todo queda al descubierto y se hace justicia. Soledad recupera su hija y su único amor. Los perversos jamás son perdonados, y la justicia social y Divina los alcanza.

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